El otro día que fui a visitar a mis viejos, me contaron que la vecina del departamento de al lado se estaba yendo porque el dueño le había pedido una fortuna. Casi con clara intención de echarla pero sin decirlo. El padre la estaba ayudando con la mudanza y el que trabaja con él es un conocido del parque. El mismo que había formado sociedad para alquilar un puesto junto a facha. Esto si que fue un encuentro raro, contra miles de posibilidades.
Ayer "tuve" uno más probable y por ende menos raro. En un momento, vi que en el puesto de al lado estaba comprando mi profesora de semiótica 2. No la saludé porque estaba ocupado y ella también yendose luego para el otro lado. Pero que en esta semana tan traumatizante, sucediera esto, fue la pauta de que días extraños llegaron.
Han entrado en la dimensión desconocida de Ichinén....
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