Antes de una situación bastante bizarra con los inutiles de Fibertel, donde no saben distinguir (o siquiera preguntar como corresponde) una dirección. En la mudanza se dejó en claro algo que los que presenciaron esto, lo notaron incluso antes que yo. De los tres muebles, en juego que compré últimos, dos fueron para una pared y el más chico para el pasillo. El sitio donde quedaron designados, parece haber sido hecho a medida, algo que notaron Mariano y Susana antes que yo. Mi cabeza aun estaba en las cosas que se movían. Debo decir, que pese al agotamiento de la mudanza y el lio mental que esta transición conlleva, ese estado es muy gratificante. El universo en movimiento es lo natural, es otra ley física. Solo nosotros deseamos que se quede quieto.
Han entrado en la dimensión desconocida de Ichinén....
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