El jueves mi amigo Guille fue baleado por un pelotudo de mente débil que, ante una situación difícil fallo a la prueba de templanza. Un soldado que se acobarda en la batalla es fatal para el resto de los soldados. Aunque esto suene de la película 300, en realidad, es lo que debería ocurrir con nuestra policía. Pero el idiota nuevito como policía, con menos calles que Venecia. Por culpa de débiles así, tengo a un gran amigo internado y tuve que verlo como nunca desee que ocurriera. Ese día, Hernán me mando un mensaje y le conté lo que había ocurrido. Estaba en la misma confitería en que el y yo tomamos un café el día en que me sonó el teléfono y me dijeron lo de Maverick. La sucesión de hechos coincidentes, mis últimos sueños y como me estoy sintiendo con mi cuerpo; me dan muy mala espina. Estoy viendo todo este final con una óptica muy distinta. Es otro angular.
Han entrado en la dimensión desconocida de Ichinén...
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