Ahora si, puedo publicar lo que dije que tenia en el tintero. Pero como ocurrió un hecho mucho más importante, lo deje aplazado. Es una cosa muy chiquitita que llamó la atención porque lo hice notar en ese momento. El otro sábado que estábamos cenando en Puerto Leyenda mientras me hablan retóricamente sobre cuestiones milagrosas, místicas y otros delirios. Yo lance que a cada momento me sucedían ese tipo de cosas, pero había poca recepción a lo que yo decía. Como para confirmarlo, pedí que me sirvieran vino. El vino era un Carcassona. Me lo quedé mirando, la botella reflejando las luces del restaurant. (Y mientras escribo restaurant, alguien dice esa misma palabra.) Lo curioso con Carcassona, que vengo soñando varias veces con esa zona de Francia, ya que es el ambiente de la novela ”El laberinto” que estaba leyendo en ese momento, sobre los cátaros. Se la hice sacar a Tamara en ese momento de mi mochila. Me resulta curioso que yo no busco tener esa “casualidad”, pero aun así sucede. Y algunos snobistas quieren que les suceda sí o sí. Como si eso les hiciera la vida más interesante.
Han entrado en la dimensión desconocida de Ichinén....
Nada tiene sentido aqui, excepto lo que mi inconciente relaciona. Esto es como una ventana a lo mas recondito de mi mente. Lo extraño que ocurre a mi alrededor, lo raro de mi vida, lo peculiar de ser quien soy. Todo esta aqui. Pasen y vean, el vodevil, el cambalache, mi vida, la dimension Ichinen...
julio 14, 2006
julio 10, 2006
El milagro de la concatenación de los hechos.
Hace pocos días paso una cosita que quería postaear, pero con lo que sucedió hoy lo supera en todo sentido. Tenia que ir a comprar un dvd regrabable para el programa que haríamos en una hora. Germán me dio 100 pesos para que de paso le busco cambio. Me los metí sin pensar en el bolsillo y me acomode el buzo nuevo, comentando como lo compre con Mauricio. El mismo que compre gracias a que Leticia me presto la plata. Voy caminando, miro una vidriera, charlo dos palabras con el del kiosco de diarios y sigo camino. En la siguiente esquina se me ocurre constatar la plata y descubro que no la tengo, la perdí. NO! Salí como desesperado mirando por el camino, voy hasta el estudio, llego les cuento a los chicos, puteo, me siento para la mierda. No lo podía creer, con lo cuidadoso que soy con la plata, mas si no es mía. Reviso todos los bolsillos de la campera, el pantalón, nada. Le dije a Germán, descontamelo después. Me fui puteando y sintiéndome para la mierda, sabiendo que me iba a endeudar por un descuido estúpido mío. Encima con todas las cuentas para pagar en estos días y debiendo aun el buzo y parte de un libro. Le comente al del kiosco de diarios, al Carlitos del otro kiosco, pero de golosinas. Voy a comprar el dvd y pago con mi plata, vuelvo al estudio hecho una piltrafa, imaginándome todo lo que pasaría luego y sin poder creerlo aun. Como pude ser tan descuidado, puta madre. Que cagada, Dios santo! Decime Dios, como puedo ser tan descuidado? Llego, estaban ya Leandro y Brigitte, estuvimos comentando con ellos y Mauricio lo que pasó. Mauricio me dice, yo no te vi donde lo pusiste, te vi nada mas ponerte el buzo, en ese siento algo. Cerca de donde cuelga el teléfono, en mi pantalón, siento algo que no debería estar, revuelvo desesperado en el doblez del buzo y encuentro el billete de cien. SIII!!! “Acá esta, la puta madre!”, grité de alegría. Me arrodille y mire al cielo, gritando: “gracias Dios”. Lo abracé a Mauricio, a Leandro, a Brigitte, se los di a Germán y también lo abracé. No cabía en mi, de estar hecho mierda, pase a estar a punto de estallar. La relajación que sentí después fue increíble, Mauricio me miraba diciendo: “pareces mas relajado que después de echarte seis polvos seguidos y encima agarrarte el ñato”. Después le comentaba a Leandro, fijate la concatenación de hechos. Si no hubiera sido por el buzo, no hubiera recuperado el billete. Si no hubiera sido por Leticia, no hubiera comprado el buzo. Pero, lo más curioso de todo es que el billete estuvo en el doblez del buzo durante la ida y vuelta que hice cuando creí perderlo y la segunda ida y vuelta cuando fui a comprar el dvd. Y en todo eso trayecto no lo perdí en serio! No, si soy un pelotudo, pero por lo menos Dios me salva de mi propia idiotez.
Han entrado en la dimensión desconocida de Ichinén...
Han entrado en la dimensión desconocida de Ichinén...
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